
Szasz cree que al intervenir de esa
manera se despoja al suicida de la legitimidad de su identidad y de sus
acciones. El enfoque de Szasz tiene algún fundamento en la realidad, pero para
adoptarlo como criterio puede ser sumamente peligroso. El psicólogo Edwin
Shneidman, que fue el iniciador del movimiento para la prevención del suicidio,
representa el otro extremo: para el quitarse la vida es un acto demencial.
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